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martes, 24 de marzo de 2009

33 años y 30000 motivos para seguir luchando



A 33 años de la noche más oscura de nuestra historia, en un país donde muchos creen que darle la espalda al pasado es la solución, mientras que la realidad nos enseña que mirar el pasado es la respuesta para un futuro mejor; hoy más que nunca es necesario alzar la voz para pedir:

MEMORIA - VERDAD - JUSTICIA - JUICIO - CASTIGO CARCEL COMÚN - RESTITUCIÓN

En días donde la mentalidad represora parece resurgir de lo más profundo de la mentalidad media argentina, debemos hacer memoria para que el NUNCA MAS deje de ser un slogan y sea una marca a fuego en nuestras conciencias.

Un país sin memoria es un país sin futuro; no olvides, no dejes que acallen las voces de los que dieron la vida por un lugar mejor donde vivir, no calles, no desaparezcas.


No desaparezcas, alza tu voz porque aunque ellos se crean más fuertes, aquí estamos. Vivos, haciendo el amor, creyendo en el otro, cantando, luchando, buscando, recordando, escribiendo...

¡No nos han vencido!

viernes, 20 de marzo de 2009

Tu gataflorismo me tiene hasta las pelotas...


Así de simple y directo; y como ando muy pero muy falta de tiempo no voy a ponerme extensa en mis apreciaciones, total para qué... si al cabo todos los que pasan por acá, ya sea para putearme como para apoyarme, saben medianamente lo que pienso.

Lo que sí voy a decir son dos cosas respecto de lo que comenzó hace exactamente un año, situación que tiene la más diversa cantidad de nombres según quién sea el que hable del tema; para mí un lockout patronal como hacía años que no se veía y con claros intereses económicos de los que más tienen en nuestro país.

La cosa es más o menos así:

1° Pedían a los gritos pelados mientras nos dejaban a todos sin comida y tiraban litros de leche en las rutas, dejaban podrirse kilos y kilos de carne, y se consagraban como los salvadores de la patria: volver al 11 de marzo, lo que traducido significaba quitar la famosa 125.

¡Lo lograron muchachos! El helecho traidor de Cobos les jugó a favor y se los concedió. Aunque nadie reconozca que con la 125 hoy estarían mucho mejor de lo que están y que la Presidenta tenía razón.

Pero claro, no estaban conformes. Se abrazaron, brindaron, saltaron, gritaron mucho más todavía y fueron por más...

2° Pedían, a los mismos gritos pelados, la coparticipación; el argumento era más o menos asi: "dejen la plata acá, en los pueblos, en el interior, y nosotros nos hacemos las rutas, escuelas, caminos..."

¡Lo lograron muchachos! Ayer la Presi les soltó de un saque y sin respirar la coparticipación que reclamaban. Ahora podrán hacer sus propios caminos, escuelas, ayudar a los pobres de sus pueblos... (¿cómo... los pobres no estaban en sus planes? :s)

¿¿¿Y ahora??? ¡Cortes de rutas por tiempo indefinido! - gritó el Comisario de Hijitus devenido a líder de multitudes.

Qué onda con ustedes, ¿no se les estará yendo la mano con el gataflorismo? ¿No tienen miedo que se les note mucho que los reclamos iniciales eran pura cháchara y finalmente se note que lo que quieren es seguir ganando fortunas, exprimiendo a los más pobres, envenenándonos la tierra a todos y jodiendo a los gritos pelados como si fueran salvadores de la patria cuando en realidad son unos comerciantes de mierda que lo único que defienden es su propio bolsillo y sus viejas mañas gorilas?

Yo creo que ya se les nota bastante... Será cuestión de ver cuántos en este país prefieren seguir viendo lo que les obligan a ver y cuántos se deciden por pensar con un mínimo de sentido común.

Lo demás es historia.

Pero que lo sepan: los 4 jinetes del apocalipsis, el comisario de Hijitus, toda la clasemierdera argentina gorila, la gorda insufrible con ínfulas de profeta fatal y toda la banda de mentirosos políticamente correctos... ¡¡¡me tienen re podrida!!!

domingo, 8 de marzo de 2009

Feliz día mujeres!!!

Hoy voy a pegar algo que escribí hace un año pero no publiqué en este sitio sino en otro a pedido de su dueño. No es falta de inspiración sino de tiempo, pero además, es que esas palabras siguen siendo las que tengo para hoy y para siempre.


Sinceramente creo que el día de la mujer es otro de los tantos inventos comerciales que, lejos de reivindicarnos como dictan con su diabéticacursilería todos los discursos pertinentes y las cientos de tarjetas virtuales o no que hoy recorreran el mundo, nos convierte en el clienteagasajado de turno. Hoy los bomboneros, floristas, vendedores de electrodomésticos y algún que otro librero o vendedor de perfumes se restregará las manos ante la entrada de hombres con cara de "qué carajos compro para quedar bien en su día". La verdad que eso es lo de menos, casi todas sonreiremos ante el paquetito con moño de colores, sea lo que sea que contenga; es que a una le enseñaron a ser agradecida en todas las circunstancias de la vida y no vamos a venir a ponernos desafiantes justo en esta, no?

El caso es que, para salir de mis más acerrimas costumbres, no voy a criticar este invento de dedicarnos un día cuando todos bien sabemos que nosotras somos las que mecemos la cuna del mundo y que todos los días deberían ser para agasajarnos.

Más bien voy a dedicar un par de líneas para tratar de explicar lo que, en mi humilde opinión, significa ser mujer. Y eso, señores, no es cosa fácil.

Debo admitir que desde mis 40 años, y mirando en todas las direcciones posibles, ser mujer tiene tantos significados como ejemplares de nuestro sexo existen.

A saber, mujer con todas las letras era mi abuela que jamás conoció los rigores de un trabajo fuera de casa, ni las caras de culo de un jefe malaleche, ni los horarios y las rutinas de una oficina; en cambio soportó con estoicas sonrisas y un tarareo imperturbable las cargas de un familión al que atender sin respiros, ni feriados, ni vacaciones. Cocinó, lavó, cosió, planchó, acarició, castigó, limpió, escuchó, lloró, cuidó y amó sin pausas durante años a un marido, cuatro hijos, dos yernos y cinco nietos; todos bajo el mismo techo. Nunca se quejó ni alzó la voz y siempre supo del poder sanador de un mate y un oído dispuesto para todo lo que haya que enfrentar en esta vida. ESO es ser mujer.

Mujer es mi vieja que nunca rompió del todo el molde pero se animó a salir a laburar porque la guita no alcanzaba, castigó cuando fue necesario y habló para consolar en los momentos más duros, supo sentarse y tirar a la mierda los tabúes cuando llegó la hora de poner las cartas adolescentes sobre la mesa y enseñarnos que el sexo no era algo prohibido ni peligroso sino algo que habia que elegir y disfrutar con una seriedad y un compromiso que a esas alturas a lo mejor no teníamos, pero qué bueno era oirlo. Se enamoró hasta que la muerte los separe y la puta muerte se lo tomó en serio y la dejó sola a los 42 con dos hijos criados y un nieto que la ayudó a secarse las lágrimas y seguir adelante. Hoy con 61 años monta una moto y sale a llevar y traer a sus nietos, ahora adolescentes, como si fuera su madre y es que la vida le enseñó que "eso es lo que vale y que no hay con qué pagar la mesa de los domingos, que cagarnos de risa y putear como locos es nuestro sello familiar y al que no le guste que no venga, que para pasarla de lujo nos bastamos y sobramos entre nosotros". ESO es ser mujer.

Mujer es mi hija de apenas 17 que ante el inminente divorcio y con poco más de 10 años se arremangó y ayudó a cuidar a sus hermanos más chicos porque su mamá tuvo que salir a laburar muchas horas para pagar todos los gastos de una casa y cuatro hijos; que creció sin miedos y con una fuerza que ya quisieran sus hermanos varones, que defiende a capa y espada las cosas que son justas y no se ahorra adjetivos cuando tiene que cantarle varias verdades a quien sea, su padre incluido. Que heredó mis más absurdas utopías pero que supo tamizarlas con un toque de realidad necesario para hacerle frente a una vida que le demostró que está bastante lejos de ser un lecho de rosas o más bien, como diriamos en criollo, una nube de pedos. Que sabe hablar de religión, de drogas y de sexo con una soltura que sorprende y me enorgullece. ESO es ser mujer.

Mujeres comunes, con su día a día, haciendose de abajo pero siempre resurgiendo; sanando heridas con curitas y dando el empujón necesario en la espalda para que el golpe no nos detenga; mujeres que son madre y padre, que sostienen, que trabajan, que cuidan, que corren, que pagan, que pelean, que defienden.

Esas son las mujeres de mi vida, esa soy yo misma.

Ahora sí, a celebrarnos; hoy y mañana... y cada día que la vida lo permita.