Hace más de 3 años por motivos de trabajo tuve que viajar al norte argentino, esos motivos de trabajo implicaban una recorrida rápida para conocer los servicios turísticos que el NOA tiene para ofrecer y de esa forma venderlos mejor en lo que entonces era mi forma de ganar el pan de cada día; obviamente como no era buena en esa tarea tampoco lo fui como turista guiada. La cosa es que más allá de mirar hoteles y sitios de interés para extranjeros yo me dediqué también a hablar con la gente del lugar, sobre todo me dediqué a eso.
A mi regreso traje varios comentarios que en ese momento mi familia escuchó atentamente, y por cierto incluso se horrorizaron de más de una de las cosas que les conté. Claro, en ese entonces aún no me habían tatuado con una navaja la letra K en la frente, al mejor estilo "Inglourious Basterds".
La más impactante de las cosas que les conté tuvo al poco tiempo su confirmación, ya que los lugareños me habían dicho que los sojeros les estaban destruyendo el suelo con la tala indiscriminada para tener más terrenos y con el uso de glifosato y demás basuras; y que ellos temían seriamente que esto los llevaría a un caos del que no podrían volver. Entre otras cosas me hablaron de inundaciones y desmoronamientos. Cosa que se cumplió al año siguiente, nada menos que en Tartagal.
Mi familia, allá por el 2006, miró con ojos desorbitados sin poder creer que todo era cierto. Pero ya les dije, esos eran otros tiempos, a mí no me habían estigmatizado K y ellos no se habían vuelto defensores acérrimos de los nuevos ricos y cipayos sojeros.
Hace apenas unas semanas, siempre en mi obstinada costumbre de hacerme odiar (según el pensamiento de mi madre supongo) se me ocurrió sacar el tema en un almuerzo familiar; el de los canales clandestinos y Areco.
Y eso créanme desató el caos. En mi familia gritan como señal de que tienen la razón, cosa totalmente opuesta a lo que hace una persona que realmente la tiene, pero bueno... No hace falta decir que el griterío debió oírse desde patios vecinos. Sus argumentos eran increíbles, cuando hasta la propia oposición al gobierno lo había admitido mi familia decía que eso no era verdad. Según ellos Areco se inundó por la sequía extrema que hemos pasado.
Lo sé, suena más ridículo de lo que muchos pueden imaginar, pero es la pura verdad. Y lo peor de todo es que como ellos piensan también lo hace un 80% de la gente de esta puta ciudad. No crean que nombro a mi familia de pura maldad, solo lo hago como el botón de muestra de la sociedad ciega y sorda que me rodea.
Ahora han juntado cosas para enviar a los inundados, y estoy de acuerdo, la solidaridad es algo que los enaltece; pero digo, ¿no recuerdan cuando esos mismos que inundaron a sus vecinos con tal de cuidar sus campos y sus riquezas prometían que harían rutas, escuelas, hospitales... todo si no les tocaban sus ingresos extraordinarios? Pues bien, que demuestren ahora que hacen todo eso y salven lo que ellos mismos destruyeron.
Obviamente esto está absolutamente comprobado, salvo para mi familia, la impermeabilización de los suelos se produce por el uso del glifosato, Areco se inundó, justamente por ser una zona de soja. Y porque los campos de los terratenientes del lugar tienen canales aliviadores clandestinos porque los suelos no absorben el agua. Y el agua que derivan a través de esos canales es la que sumergió a un pueblo que con mas lluvias que estas y con sequías más prolongadas jamás había vivido un desastre así. Y no lo digo yo, lo dicen los propios vecinos. Pero claro, a ellos no los escuchan. Porque mi familia ya no escucha a Victor Hugo, ni mira Canal 7; solo se dejan quemar la cabeza por TN y Magdalena.
Por otro lado, ese señor millonario, presidente de la Sociedad Rural, que grita en sus discursos sobre la pobreza. Ese mismo que tiene una causa penal desde el 2001 por crear canales clandestinos en su Estancia La Dorita, denunciado por sus propios vecinos a quienes perjudicaba. Ese al que la justicia mandó cerrar los canales y él los volvió a abrir. Ese que la gente "bien" de mi ciudad seguramente admira, ese viejo miserable de apellido Biolcatti, ¿lo ubican? Bueno, ese también se caga en el prójimo y con tal de salvar sus millones le importan tres carajos las inundaciones, los que menos tienen y los que pierden lo poco que tenían. Eso sí, ese sinvergüenza y sus laderos andan hablando de volver a cortar rutas y dejarnos a todos en medio de una batalla que sin dudas dirán que es culpa del gobierno.
La pregunta, luego de tan largo escrito es, ¿puede ser tan imbécil cierta gente como para que un puñado de inescrupulosos les esté robando todo, destruyéndolos, saqueándolos y mintiéndoles en la cara para volver a tener el país en sus manos como antaño con sus amigos los milicos; y que en lugar de sacarlos a patadas y meterlos presos los miren con admiración y los justifiquen?
¿O será que algunos argentinos son una especie de pequeñas Susanitas Gimenez, que aceptan que los caguen siempre y cuando la lluvia de bosta que los sepulte venga de la mano de la palabra millonario?
(N. de A.: para más info lean aquí y aquí: la nota cuyo título es "Aquí están estos son". Y empecemos a pensar...)
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