"Martínez de Hoz me merece el mayor de los respetos"

Aunque algunos todavía se sorprendan esas fueron las palabras de Mario Llambías, titular de la CRA e integrante de los 4 jinetes del apocalipsis now.

Eso es, señores y señoras, lo que muchos eligen para nuestro país; eso es lo que algunos pegan en la luneta de su coche cuando se erigen bajo la infame consigna: "el campo somos todos". Un regreso a la más oscuras de las épocas. Y lo peor de todo es que ni siquiera podemos atribuir ignorancia o engaño a esta elección, ya que hasta las mismas caras y los mismos nombres son los que se presentan como en una especie de "viejos héroes renovados".

Ahora bien, para la gilada de siempre, que seguramente vendrá a decir que no, que Llambías no se refería a "ese" Martínez de Hoz sino a su bisabuelo, fundador de la SRA. Bueno, para ellos déjenme aclarar un pequeño detalle del putrefacto árbol genealógico del señor de las grandes orejas.

El bisabuelo, ese al que se refiere Llambías en su discurso, era entre otras cosas un enriquecido terrateniente dueño de tierras arrebatadas a los pueblos originarios en la genocida campaña del desierto y cuyo reparto fraudulento y signado por el favoritismo fue la fuente principal de la consolidación de las primeras fortunas familiares, burguesía terrateniente, comercial y financiera, ubicada así en la cúspide de la pirámide social de la Argentina dependiente. Además de estar en las primeras filas de los negociados aduaneros que permitían la política de exportación a la que intentan regresar, una política absolutamente vende-patria y capitalista.

Finalmente, una pregunta a modo de reflexión puramente personal: ¿los argentinos somos tarados o no queremos ver que el pescado está podrido y ya ni siquiera disimulan el mal olor antes de encajárnoslo?