¡La fuerza de un Pueblo - La Fuerza de Cristina!

Se largó oficialmente la campaña de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para su reelección el próximo 23 de octubre, pasando antes por las Primarias del 14 de agosto.

Al parecer, aunque no veo el motivo, los porteños se sorprendieron al encontrar la ciudad empapelada con estos magníficos afiches en los que se puede leer el slogan de campaña. Acompañados, además, por la difusión de varios spots publicitarios en los canales de televisión.

Cristina está en carrera y nosotros tenemos la responsabilidad de cumplir con la parte que nos toca. 

La militancia no es fácil en ciudades como la mía, la tribu es más chica y los caciques cambiaron tantas veces de banderas que una prefiere mantenerse bajo la propia; chiquita, humilde, vapuleada pero digna, como toda bandera que se ha defendido con el corazón y poniendo el cuerpo para llevarla.

En perspectiva hay mucho por hacer, poco tiempo y muchos menos recursos de los necesarios. 

Ante esto es inevitable remitirse a tiempos más adversos; cuando una sentía que era un grito solitario, en medio de un mar de voces que la atravesaban contracorriente sin mayores inconvenientes, pero con dolorosas consecuencias para quien los enfrentaba. Así y todo en esos tiempos fue cuando surgieron los primeros compañeros, las primeras reuniones, las oportunidades y los hechos; vaya una a saber con qué tiempo y con qué recursos, pero aparecieron. Mirando de esta forma una se llena de valor y se dispone a encarar como siempre, con poco y nada, otra batalla en defensa de este proyecto nacional y popular.

También, visto en esa dirección, parece increíble que haya que defender a capa y espada a nuestra Presidenta. 

En este punto, perpleja, no puedo menos que preguntarme por la memoria de los que me rodean. ¿Realmente es necesario recordarles un pasado tan cercano? ¿Cuántos de los que viven en mi ciudad no recuerdan sinceramente lo que vivimos en el 2001? ¿A cuántos no les corre un sudor frío al leer palabras como: ‎2001 - De La Rúa - crisis económica - crisis social - crisis política - "Que se vayan todos!" - corralito - saqueos - cacerolazo - estado de sitio - estallido - 39 muertos - helicóptero - acefalía presidencial - 5 presidentes - Duhalde - "el que depositó dólares recibirá dólares" - Kosteki y Santillan - 34 heridos - Masacre de Avellaneda - Clarín - "La crisis causó dos nuevas muertes" - ajuste - recesión - desocupación? ¿En serio no se acuerdan?

Si así fuera, cosa que dudo, un buen ejercicio para todos los que dicen esto y al mismo tiempo reclaman o defienden a quienes esgrimen el slogan de la nueva política, sería el de observar con atención las alianzas que se presentan en estas elecciones:

Alfonsín va con De Narvaez - De Narvaez antes fue con Macri - Macri está con Duhalde - Duhalde ES el pasado ==> ¿Esta es la nueva política de la que hablan? ¿Tanto cuesta pensar un poquito? 

Poniéndole ganas y teniendo confianza en que al menos algunos, los recuperables, pensarán seriamente de dónde venimos y dónde estamos; el gran desafío es entonces hacerle ver al total del conjunto que todavía faltan muchas cosas, que algunas deben ser profundizadas y que otras simplemente tienen que recorrer el camino necesario para que puedan verse en toda su magnitud los beneficios logrados. 

Y que esto solamente es posible de la mano de alguien que garantice la continuidad del modelo. Cosa que solo garantiza nuestra Presidenta. 

Esto no es ceguera ideológica, es simple comprensión de los mensajes políticos. No podemos esperar que hombres y mujeres que venden sus principios en acuerdos  vergonzosos, con otros cuyas ideas están en las antípodas de las suyas,  una vez alcanzados sus objetivos defiendan lo que este gobierno ha conseguido. Por el contrario, algunos incluso han declarado abiertamente sus planes de volver atrás con más de un logro fundamental y distintivo de este proyecto nacional y popular, que comenzó con la presidencia de Néstor Kirchner y continúa en la de Cristina Fernández de Kirchner.

Por eso, una vez más, llegó la hora de la militancia. Es menester que salgamos, casa por casa si fuera necesario, y enfrentemos a todos los que nos rodean con la realidad, mostrarles cómo sus vidas han cambiado gracias a lo hecho en estos últimos 8 años y cómo podrían convertirse una vez más en el caos del que salimos allá por el 2003. Para eso, no hace falta mucho más que ganas, convicción y compañerismo. El resto, lo más importante, ya lo hicieron él y ella por nosotros. 

Pongamos entonces la fuerza de la militancia en las calles, para que nadie quede sin advertir La Fuerza de Cristina.